The Warning, San Luis Potosí y el apagón

Los conciertos. ¡Como se extrañan! Y es que el rockanrol es así: suena bien bonito en los audífonos, en las bocinas del aparato en que lo escuchas, pero se vive en los conciertos, en los amontonamientos, brincoteando, gritoneando y sangoloteandose a mas no poder.

Esta es un recuerdo apasionado de una de esas noches en las que uno siente estar en el cielo. Y los ángeles, en lugar de cítaras, le rascan a las guitarras y al bajo unos, y otro aporrean con dulce potencia la batería.

En mayo de 2018 conocí a una banda de la que literalmente me enamoré, poquito a poquito como son las historias de amor en las novelas. Me refiero a The Warning, y ya antes conté aquí mismo como fue que aparecieron en mi vida.

Cuando las conocí, su belleza musical me deslumbro. Su música (desconocida para mi entonces) era muy sabrosa, y la manera en que la interpretaban sobre el escenario, encantadora. Pura emoción! Exactamente de la forma en que debe tocarse el rock, con pasión. Unos meses después, por fin me avente un clavado en la dulzura de sus melodías, y la potencia que brota de sus músicas, la energía que contagian con su tan bien hacer rocanrol, me engancho. Hacía mucho, pero mucho, que una banda no me sacudía las orejas de esa forma. Y es que sus canciones, sin ser algo de otro mundo, están realmente tan bien hechas, que te agarran por el pescuezo, te zarandean y se te meten al corazón.

En ese contexto, con mi alma enamorada de su música; anunciaron que venían a tocar a SLP. Contaba los días que faltaban para esa noche. Y cuando esa noche llegó, estaba tan deseoso y tan nervioso como si fuera a ir al primer concierto de mi vida. ¿Porque? ¡No Se! Lo que si se, es que esa noche vi a tres Ángeles enseñándonos el Paraíso de la música; dejándonos caer una a una sus canciones, mismas que pusieron a botar a todo el personal que estaba en el Bunker. Vi a una audiencia encendida corear sus rolas, levantar los cuernos y aplaudirles un montón. Vi a una banda ardiendo de emoción al ejecutar su set, una emoción autentica, no ensayada, que se notaba en sus gestos, y que es una característica de esta banda.

La anécdota de ese concierto, el apagón, fue el aire que potenció el incendio de almas de esa noche. The Warning comenzó su concierto con el habitual “Dust to Dust”, la raza prendidísima, y justo después del segundo coro…el mendigo destino en forma de apagón que amenazaba con darle en la mera madre a la noche. Tras un minuto de incertidumbre, en el que la razita no dejo de corear “Warning…Warning!” , se hizo la luz de nuevo, y cuando volvieron a iniciar la canción, Dany gritó un potente “San Luis!” que le salió del alma, y terminó por encender el lugar. Tras de ello siguió un concierto lleno de más emociones, pues todas las canciones de The Warning tienen algo que emociona, y como ya escribí arriba, su manera de interpretarlas eriza los pelos del alma.

Durante una hora y cachito, Dany, Pau y Ale se dejaron la piel en el escenario. Tocaron con emoción y todos lo notamos. Tocaron casi todo el «Queen of the Murder Scene», fantástico álbum que casi acababa de salir entonces, y algunas cositas de su primer álbum. Y todo lo que interpretaron fue hermosamente contundente y macizo.

Es esa macicez, esa contundencia a la hora de ejecutar, lo que enamora. Pero esa dureza no viene del aire. Es el resultado de trabajar y trabajar y trabajar para conseguir un sonido, para hacer canciones, para materializar una idea, una visión. Todo lo que Dany, Pau y Ale han conseguido es producto de mucho trabajo, esfuerzo, dedicación, disciplina. Y eso se nota en las tremendas canciones que hacen y en la manera en que las ejecutan en vivo. Verlas en directo es una experiencia alucinante y adictiva

Fue esa noche, hace dos años, que mi corazoncito rockero se enamoró de The Warning.

Quien iba a pensar que en tan solo dos años (y con una pandemia de por medio) esta tremenda banda se iba a subir hasta los meros cuernos de la luna. Pero de eso hablaremos con mas detalle el viernes 23 de Julio, ya que haya salido el segundo sencillo de su nuevo álbum, «Evolve».

Y es mejor que estén sentadnos cuando lo escuchen. Créanme.