DIOS!….parte 1 de 3

DIOS!….parte 1 de 3

El mundo del rock y el metal siempre ha estado lleno de carismáticos personajes. Pero dentro del metal, hubo dos figuras; emblemáticas ambas, a quienes la generalidad de la comunidad metalera a nivel mundial, sitúa como los Santos Patronos por excelencia de la música dura. Ambos, por desgracia, ya se la están pasando en grande, en aquella tremenda jam que debe ser El Cielo de los Músicos Rockeros. Uno de ellos es Lemmy Kilmmister. El otro, es su entrañable amigo, Ronald James Padavona, o como el gremio metalero lo conoce; Ronnie James Dio.

Comencé a escribir este texto la noche del 16 de Mayo, a 11 años de su partida. Y lo estoy escribiendo como un tributo al maestro que nunca supo que yo (y cientos más) fui su alumno. Porque escuchándole en sus discos, y viéndole en vivo, aprendí de Él muchas cosas, La principal: para cantar la música heavy, importa tu pitch, tu registro, tu técnica. Pero lo más importante es que te emocione lo que cantas, y que esa emoción se la transmitas a la gente. Yo creo que eso era innato en él; emocionarse y entregarse en sus actuaciones. Siempre sonriente, siempre vibrante, siempre emocionante, y cantando con un estilo, una clase y una potencia que nunca perdió. Ni siquiera cuando la calaca ya le rondaba.

No quiero hacer una biografía del maestro. Quiero hacer un recuento de las cosas que le hicieron merecedor de un Sitio de Honor en el Olimpo de la Música Dura.

SOBRE HOMBROS DE GIGANTES            

Ronnie comenzó sus andanzas en la música desde los lejanos años 50’s con varias bandas. Las más reconocidas fueron Ronnie & The Prophets, y ELF.

Los primero tuvieron un estilo musical que era una mixtura entre el R&R cincuentero y paulatinamente el R&B que en esa época ganó muchos adeptos. Aquí, Ronnie además de cantar tocaba la trompeta, y él mismo le achacó numerosas veces su poder y habilidad vocal, a la práctica de la trompeta.

Por otro lado, ELF ya tenia un sonido mas sustancioso, mas durillo, pero sin dejar del todo la inocencia hipposa de la época. Al menos hasta su tercer disco “Try to Burn the Sun”, en donde se escucha un poquito más de dureza, de consistencia.

En ese punto, el destino le sonrió y tuvo oportunidad de demostrar su talento (tanto en la interpretación como en la composición) en dos de las bandas más importantes en la historia de la música dura: Rainbow y Black Sabbath.

ASTRÓNOMO (1975-1979)

En Rainbow, la imaginativa manera de componer de Ronnie hizo match instantáneamente con el gusto barroco que, en esos días, Ritchie Blackmore, “El Hombre de Negro”, sentía arder en sus venas. Hambriento de ese gusto, (que en ese entonces sus compañeros de banda no le ayudaban a satisfacer), abandono a Deep Purple, y junto a Ronnie, se hecho un clavado en su nuevo proyecto: Ritchie Blackmore’s Rainbow (luego reducido a Rainbow). Joyas del heavy rock setentero como el disco Homónimo, “Rising” y “Long Live Rock n Roll” son impensables sin las letras y el vozarrón de Ronnie. Pero es sobre todo en su álbum en directo “On Stage” donde las cualidades vocales de Ronnie James Dio son manifiestas a montones. Porque el chaparrito tenía la habilidad de matizar su voz, algo que no cualquier vocalista de rock/heavy/metal se puede dar el lujo de hacer. En “Kill the King” canta una melodía fuerte, melódica y dinámica, con ese raspar tan característico de su garganta. En “Catch the Rainbow” su timbre se vuelve dulce, brillante, cálido. Pero en “Mistreaded” (una versión de Purple), canta con pasión y dolor una dolorosa letra, que ni era de él, ni era lo que solía componer (menos interpretar). Escucharlo, pone la piel de gallina, porque supo transmitir la rabia y la impotencia de sentirse maltratado por una persona en quien confiaste y te entregaste.

A lo largo de toda su carrera, Rainbow fue una banda de músicos bien pro. Los múltiples cambios de elementos que hizo Ritchie tenían una finalidad: Él quería entrar a los charts americanos y haría lo que fuera para alcanzar esta meta. Ahí fue donde se rompieron las medias Ritchie y Ronnie, ya que este último no estuvo dispuesto a sacrificar su idea de hacer música.

Y fue notoria la falta de Ronnie Dio. El sonido duro y épico. Las letras épicas, llenas de referencias al medioveo. Reyes, Princesas, Hadas, Duendes y Demonios. Castillos y bosques. Todo eso salió por la puerta detrás de Ronnie. Y lo que siguió, fue un Rainbow…no malo, pero si muy desangelado. Habilidades aparte, ninguno de los cantantes que sucedieron a Ronnie James Dio en Rainbow pudieron igualarle, menos superarle. Esos botines chiquitos resultaron muy difíciles de llenar.

Durante años, los primeros 4 álbumes de Rainbow se han considerado como los mejores de la carrera de esta banda. Fueron uno de los ingredientes con los que a fuego lento se cocinó un genero que saldría del horno 25 años después: el Power Metal Europeo.

CIELO E INFIERNO (1980-1982)

Después de Rainbow, Ronnie tuvo la durísima tarea de reemplazar a un icónico cantante en una icónica banda. Tony Iommi lo eligió para ser quien ocupara el puesto de vocalista en Black Sabbath, luego de la partida de Ozzy Osbourne. El chaparrito no se amilanó. Adaptó sus letras al oscuro concepto sabatthiano y en conjunto hicieron dos de los mejores discos de la discografía del Sábado Negro: “Heaven & Hell “y “Mob Rules”.

Dicen por ahí que las bandas de rock son como las relaciones de pareja, solo que, en lugar de ser de dos, son de varios. Según recuerdan los involucrados, todo comenzó echando un palomazo ´pa matar el dolor. Tanto Tony como Ronnie se sentían un poquito traicionados por sus ex – partners. Y buscando calmar el dolor y las ganas de crear, se juntaron a palomear. Y de su primera cita salió un rolón del tamaño de “Children of the Sea”. El resto es historia.

Pocas veces una banda se re-inventa de una manera tan genial. Las posibilidades melódicas de tener a un cantante con las habilidades de Ronnie Dio, en una banda con un sonido tan mastodóntico como lo había sido Black Sabbath, levantaron las expectativas de los fans. Y cuando “Heaven & Hell” salió, le voló la cabeza a todo el mundo. Black Sabbath, la banda, renació. Y Ronnie James Dio le agregó un par de galones a su casaca.

Pocos discos en la historia de la música dura como “Heaven and Hell”, llenos de pesadez y melodía al mismo tiempo. Retó tanto a la banda como al recién llegado, pero el resultado lo desquitó con creces. “Neon Knights”, “Children of the Sea” y “Heaven & Hell” son, indudablemente las joyas de éste album. Pero en el álbum también estan un “Lady Evil” que recuerda al Sabbath de la década pasada, un “Die Young” que es puro poder, y un “Lonely is the Word” que no tiene desperdicio

Curiosamente, la grabación del primer álbum fue el cielo, y la grabación del segundo el comienzo del descenso al infierno. Aunque ambas obras son potentes, creativas y emocionantes, al final de la grabación de la segunda, la grieta ya estaba abierta. La mezcla de su siguiente álbum “Live Evil” un directo que pretendía documentar sus dos giras pasadas, se convirtió en un infierno; y la consecuencia de ello fue que Ronnie se marchó, dejando de nuevo a Black Sabbath en una difícil situación. Y a Ronnie en el limbo. Pero sólo por unos meses.