Cinco salvajes momentos en los que los grandes rockeros tuvieron que interrumpir sus conciertos
La seguridad de los fans está por encima del espectáculo y ellos se encargaron de dejarlo claro
Cuando uno va a un concierto, lo hace esperando pasar un buen rato y disfrutar con la música. Sin embargo, ¿cuántas veces has ido a un show y has visto a un energúmeno arruinándole la fiesta a todo el mundo? Suponemos que, por desgracia, demasiadas. Si bien es cierto que la adrenalina del momento es máxima, nada justifica pegar a alguien para quedarse una púa o una baqueta, pasarse de cervezas y agredir a alguien o, simplemente, liarla por no saber comportarse. Si bien es cierto que los grandes shows cuentan con equipos de seguridad de lo más profesionales, a veces, los grandes rockeros han sido los encargados de parar una canción a la mitad para salvaguardar la seguridad de sus fans. Estos son cinco de esos salvajes momentos:
1. Loquillo para «El Rompeolas» en Londres para defender a una pareja de fans
Todo sucedió la noche del 3 de diciembre de 2018, cuando Loquillo dio un concierto en The Grand, Londres. Durante la interpretación de «El Rompeolas», una pareja de fanáticos hizo algo muy clásico en cualquier concierto, ella se subió a los hombros de él. Esto no le gustó a un miembro de seguridad del recinto, que decidió ir, sin dudarlo, a echarles la bronca con bastante mala baba. Sin embargo, ahí estaba el Loco para defenderles.
Tras parar la canción, el vocalista le dijo al guarda de seguridad, básicamente, que se estuviera «tranqui», puesto que aquel «era su festival», ante la ovación del público, que agradeció que no les aguaran la fiesta. En el vídeo se puede ver como el artista de El Clot intercambia unas palabras con el miembro de seguridad y, después, vuelve a seguir cantando su clásico.
2. Bruce Dickinson para un concierto de Iron Maiden tras los abusos del equipo de seguridad
Una vez más, no fueron los fans, sino diez guardas de seguridad los que provocaron que Bruce Dickinson tuviera que parar un concierto en septiembre de 2019. El músico, antes de ponerse a cantar «The Evil That Men Do», explicó que uno de los asistentes al show fue golpeado por una decena de miembros del equipo de seguridad y que estaba siendo atendido en backstage. El músico no dudó en desear -en voz alta- que el recinto fuera demandado hasta quedarse en bancarrota y en pedirle a los fans que les mandaran grabaciones de la agresión para ayudar con una posible denuncia. ¡Bien por Dickinson!
3. Dave Grohl echa a un fan de un concierto de Foo Fighters
En 2011, durante la celebración del Itunes Festival, Dave Grohl se enfureció muchísimo con un fanático que estaba pegando a otra persona durante la actuación de Foo Fighters. ¿Qué hizo el vocalista? Para su canción y llamar su atención hasta que, una vez se dio cuenta de que se estaba refiriendo a él, echarle del concierto. «¡No se viene a mis conciertos a pelear, se viene a bailar, maldito imbécil!«, le espeta el que fuera batería de Nirvana.
Más recientemente, al ver que un niño con autismo estaba apretado en la primera fila, Dave Grohl paró su interpretación de «The Sky is a Neighborhood» para pedirle al staff que les pusieran a él y a su familia en un lateral del escenario. No cabe duda de que el líder de Foo Fighters es un tipo fantástico.
4. Kurt Cobain para un concierto para impedir que acosen a una fan
El cantante de Nirvana tampoco permitía conductas inapropiadas en sus conciertos y, por eso, paró un show para situarse en el borde del escenario e increpar a un asistente que estaba acosando a una fan. Después, además, Krist Novoselic comienza a reírse de este individuo. Sin duda, los conciertos de Nirvana eran únicos y en ellos solo cabía pasarlo bien.
5. Freddie Mercury para una pelea
El vocalista de Queen también era partidario de que en sus concierto solo hubiera buen rollo. Por eso, en 1986, cuando la banda inglesa fue a Irlanda para dar un concierto en Slane Castle, no dudó en parar el show para pedirle a unos fans borrachos que parasen de pegarse. Aparentemente, aquel show fue recordado por el mal comportamiento de la audiencia, que estaba realmente ebria.